La esperanza. (es la) clave interpretativa de la existencia de la persona. Es una actitud fundamental en la vida del hombre». No es una actitud resignada o claudicante. ¡Todo lo contrario! Es una virtud activa, plena de energía, rica, estimulante, tensada y entretejida por el dinamismo del amor. La esperanza continuada nutre, sostiene e impulsa al cristiano en su peregrinar y cuando va hacia la eternidad. No es sólo una esperanza para luego de esta vida, sino más bien una actitud continua de esfuerzo cotidiano que tensa toda la existencia hacia su destino definitivo
El fundamento de esta virtud es el mismo «Dios de la esperanza como lo llama Pablo. Por ello pide que nos «colme de gozo y paz en nuestra fe, hasta rebozar de esperanza por la fuerza del Espíritu Santo. Las divinas promesas del Señor «que no miente. son apoyo firme para recorrer con seguridad el camino de la vida cristiana.

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